VIDEO CONFERENCIA DEL DIRECTOR DEL INSTITUTO
El Lic. Juan E. Díaz participó en Jornadas organizadas por estudiantes a través de una Video conferencia con la Facultad de Psicología y Ciencias Sociales de la Fundación Universitaria Luis Amigó, de Medellín -Colombia- Su participación como unos
Buenas tardes. Agradezco intensamente la oportunidad que ustedes nos brindan. Gracias a nuestra “casi colega” Belén Loureiro, estudiante de nuestro instituto, que Facebook mediante gestionó, con Jesús Goenaga Peña, la posibilidad de construir esta conversación. Voy con algunas notas que tienen la pretensión de ser provocadoras de un diálogo que ojalá se extienda más allá de estos minutos con que contamos hoy. Apuntes. Es decir notas que apuntan en dirección a prestarse para un intercambio. La propuesta es dar consistencia a un dispositivo conversacional a partir de algunas cuestiones, que manifestaré de manera por ahí borrosa, sólo insinuantes de algún problema, como borradores abiertos. Una manera de presentarles algunas preguntas que nos estamos formulando en este momento de nuestra experiencia de más de 20 años de trabajo con grupos de aprendizaje de psicología social. Luego: sus comentarios, sus preguntas, sus intervenciones. Comienzo con las Notas: Sobre la potencia del pensamiento. Quizás, es muy probable, esta invitación a correr riesgos propositivos sea una manera de armar un dispositivo que me permita, me autorice, me dé permiso a animarme a conversar también con mis predecesores. A pensarlos allí donde mi encuentro con sus textos, sus ideas, sus propuestas potencien, sean condición de posibilidad de un pensamiento producido en este momento histórico que nos constituye como habitantes actuales del campo de problemas llamado Psicología Social. Un supuesto es que no somos los mismos sujetos que éramos en aquellas situaciones en que ellos produjeron sus teorías. Es decir que los sujetos de los grupos y las organizaciones hoy no somos los mismos sujetos. Entiendo que ello demandará un trabajo sobre el pensar. Pensar el pensar reconociéndolo como una acción sólo posible con otros. Otros con quienes construimos conocimientos en situación de un trabajo sólo viable en el encuentro. Sobre el diálogo. Dice Platón que pensar se produce “Frotando, unos contra otros, los nombres, lógoi, visiones e impresiones de los sentidos, y poniéndolos a prueba en discusiones benévolas y en debates conducidos sin envidia”. (Agamben, G. 2007. Pág. 13). Me parece magnifico el enunciado: Frotando. Pasando una cosa sobre otra, suavemente o con fuerza. Frotando unas con otras nuestras percepciones, los nombres de las cosas, lo que construye nuestra mirada, nuestra escucha. Dialogando con animada pasión en los acuerdos, las afinidades y en lo controversial. Cuerpos entramados creando, generando nueva vida. He aquí una vieja cuestión que estamos pensando central en nuestro trabajo en los grupos y las organizaciones: el diálogo. Generar dispositivos que propicien condiciones de posibilidades conversacionales. El diálogo entendido como lo que hace diferencia con la polémica. Donde las “discusiones benévolas y los debates conducidos sin envidia” no se dejan capturar por estrategias de guerra. La polémica “se asemeja al pimpón en que las ideas van y vienen y en que el objetivo es ganar o conseguir el mayor número de tantos posible. Tal vez, en un juego de estas características, se apele a las ideas de alguien para respaldar las propias, pero el objetivo, en cualquiera de los casos, es vencer. Estos son, al menos, los cauces por los que habitualmente suele discurrir una discusión. Encuentro diálogo comunicación. Uno de los significados del término comunicar es “hacer común”. Hacer “algo en” común es co-operar, es decir operar, trabajar, juntos. Propongo trabajar juntos en los grupos, las organizaciones, las comunidades a través del diálogo. Porque dia significa: a través de, mientras que logos significa palabra. Generar encuentros a través de la palabra. En el gesto hospitalario de nuestra recepción establecer una demora que dé tiempo a lo que se dice. Que ejerza resistencia al tránsito veloz de tanta información en esta era de la fluidez. Sobre metodología. Construir caminos desde algunos apuntes que propongan una cierta dirección y no puntos de llegada. Jugarnos con la menor estrategia posible respaldados en una formación todo lo más seria que seamos capaces. Estudiar mucho, leer mucho, conversar mucho. Pensar. Ir por dentro de los encuentros. Realizar el intento de habitar los espacios, ni distancia experta, ni recursos a las técnicas. Afectación, implicación, de un cuerpo trabajando/se en el encuentro. Correr los riesgos propios de un cuerpo entramado en el vínculo. Ser con los otros. Correr riesgos, pensar. Pensar las afectaciones, las transversalidades. Inventar los analizadores. Parresía- decir la verdad, diría Michel Foucault, acerca de la metodología. Reconocer que “quien está familiarizado con la práctica de la investigación en ciencias humanas sabe que, contra la opinión común, la reflexión sobre el método muchas veces no precede, sino que viene luego de la práctica. Es decir, se trata de pensamientos de algún modo últimos o penúltimos, para discutir entre amigos y colegas, a los que sólo legitima una gran familiaridad con la investigación“. ( Agamben, G. 2009. Pág. 7). Constituirse en los espacios de trabajo, luego -quizás durante, o nunca, o más tarde- querramos, necesitemos re-flexionar sobre nuestro método, nuestras operaciones, nuestras intervenciones como experiencias en la situación. Riesgos. Riesgos de asumir responsabilidades. No delegación en nuestros predecesores. Ya no serían ellos, entonces, quienes acierten o yerren, seremos nosotros quienes arriesgaremos. Creo que ésta será una posible manera de sostener el intento de subvertir las producciones fundadas en una epistemología que nos sea ajena, disimulada como universal y casi siempre hegemónica. Casi siempre eurocéntrica. Incorporando los efectos problemáticos, productivos, las cuestiones de poder que implica la globalización como condición de posibilidad de las preguntas que entiendo debemos hacernos. Intento de generar otras preguntas y asumir la responsabilidad de lo que producimos. Sin renunciar a recurrir al capital cognitivo acumulado por la humanidad porque son nuestros, porque el carácter extractivo de las investigaciones seguramente ha generado recursos a nuestra costa. Recuperación del capital simbólico extraído -robado- de nuestros patrimonios experienciales y simbólicos. Y al campo histórico al que damos consistencia con nuestros cuerpos latino-americanos. Política/s. Intento en estas notas insinuar lo que considero son algunos problemas que merecen ser pensados “críticamente” (perdonen la tautología: pensar siempre es una operación crítica). Problemas que nos ocupan aquí en Bahía Blanca. Ojala puedan Uds. poner en mi voz, en mi escritura, la invitación de plantear estas cuestiones con la intención de pensarlas juntos (perogrullada; pensar es siempre un asunto para hacer con otros). Notas. Preguntas. Aunque formuladas afirmativamente me gustaría fuesen escuchadas, leídas, como ideas para ser “frotadas”. Y, deseo y pedido -demanda-, de que se interprete la connotación aseverante más como una ética que intenta defender con pasión lo que está dispuesta a abandonar con liviandad. Ojala se haga evidente a su percepción la manera en que estas cuestiones están afectadas por lo que de político las atraviesa. Quiero decir, estas notas quieren ser la evidencia de una preocupación política en el sentido de que buscan replantear, desnaturalizando, los “fundamentos”, la argamasa con que construimos nuestras operaciones intervenciones acciones conductas. Política que apuesta a los cambios. Política de la creatividad. Decidir entre un gesto cauteloso que se sostiene en el empeño de conservar las viejas condiciones de posibilidad subjetiva o pensar que “querer que un alud se detenga y vuelva a su punto de origen es una ilusión. Más bien hay que acostumbrarse a vivir y pensar en la caída, como seres de la caída”. (Del Barco, O. 2010. Contratapa). Dicho esto en alusión a las nuevas condiciones de existencia que no volverán hacia atrás. Las nuevas tecnologías, p. ej., llegaron para quedarse. La sociedad pensada con la metáfora de lo liquido, por lo tanto transitorio, cambiante, incierto, imprevisible. La cultura devenida individualista. Mantener empeñosamente nuestro deseo de un mundo mejor. En el entendimiento de que lo que ha cambiado pone en evidencia de manera grosera los efectos perversos de un sistema que intrínsecamente no puede sino generar hambre y muerte. Máquina de pasiones tristes. El desafío. Decidir constituirnos en habitantes de una sociedad sólida, por ende previsible, estable o como seres de la fluidez, dando cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en el individualismo, la privatización y el consumo, es una decisión política que creo ineludible. Y que reclama un trabajo de elucidación de nuestros paradigmas: pensando lo que hacemos, sabiendo lo que pensamos. (Castoriadis, C. 1993. Pág. 11). Desafío que deviene de la situación en que nos pone esta interesante época que nos toca vivir. Es lo que hay. Mejor, es lo que tenemos para producir y producirnos. Y es mucho. Y, en la decisión que tomemos, arriesgo, construiremos las pasiones alegres con que merecemos caminar nuestra existencia. Un abrazo Lic. Juan E. Díaz. Bahía Blanca. Rep. Argentina. 2012 * Video conferencia con la Facultad de Psicología y Ciencias Sociales de la Fundación Universitaria Luis Amigó, de Medellín -Colombia-.
El espíritu del diálogo, sin embargo, es completamente diferente porque, en él, nadie trata de ganar y, si alguien gana, todo el mundo sale ganando. En el diálogo no se trata de obtener más puntos ni de hacer prevalecer una determinada perspectiva porque, cuando se descubre un error, todo el mundo sale ganando. El diálogo es un juego al que podríamos calificar como “ganar-o-ganar” (a diferencia de lo que ocurre en la discusión, un juego del tipo “yo-gano-tú-pierdes”). Pero el hecho es que el diálogo es algo más que una participación común en la que no estamos jugando contra los demás sino con ellos.” (Bhom, D. 2001. Pág. 30).